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¿Crees que gozas de buena salud mental? Si tu respuesta es afirmativa, no podemos estar más felices por ti. Porque quien atraviesa una enfermedad de este estilo, no solo sufre los efectos de la misma, sino también los estigmas de una sociedad que aún no acaba de entender cómo afectan.
No se trata de hacer culpables a aquellos que no las entienden: es absolutamente normal no ser capaces de ponerse en el cuerpo de una persona enferma, ya que los síntomas son “invisibles” y parece que puedan solucionarse con un poco de voluntad propia. Pero las enfermedades mentales son un desajuste químico, o conexiones que no están bien estructuradas en nuestra cabeza que conducen a que el paciente no sea capaz de controlar sus sentimientos y pensamientos.
La Organización Mundial de la Salud describe la salud mental como “un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.
Las enfermedades mentales afectan a todo tipo de personas.
La sociedad no acepta que si la vida te va bien, tienes trabajo, dinero, familia, amigos, etc. puedas tener una enfermedad mental. Parece que no existan razones para enfermar.
Desde que el COVID entró en nuestras vidas hace ahora dos años, el concepto de salud mental se ha convertido en trending topic en todo el mundo por la enorme cantidad de personas que se han visto afectadas, especialmente entre jóvenes de 18 y 24 años, que han sufrido transtornos de ansiedad y depresión.
Según la OMS, 450 millones de personas en todo el mundo se ven afectadas por un problema de salud mental que no permite que las personas desarrollen su día a día con plena normalidad.
¿Estas personas recurren a profesionales de la salud mental?
No. Una gran mayoría sigue sin buscar ayuda profesional por el miedo a aceptar que algo falla, y que no es simplemente una “mala racha”.
Y por otro lado, aquellos que sí buscan ayuda, o bien pueden permitirse ser atendidos por medios privados, o permanecer en lista de espera en la sanidad pública durante un tiempo indeterminado.
¿Qué enfermedades mentales pueden ser diagnosticadas?
Nuestro cerebro es muy complejo, y existe un abanico muy amplio de enfermedades y transtornos, pero hay una serie de enfermedades que son más comunes:
Ansiedad:
Sí, todos podemos sentir algo de ansiedad en cierto momento de nuestras vidas. Pero imagínate vivir con ella todos los días.
Las personas que padecen ansiedad, sufren ataques de pánico, mientras que algunas personas sólo experimentan síntomas. Los síntomas incluyen temblores, sudoración, sensación de peligro, preocupación, aumento de la frecuencia cardíaca y la hiperventilación.
Hay varios tipos diferentes de trastornos de ansiedad. Agorafobia, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, ansiedad por separación, ansiedad social y fobias. La ansiedad puede tratarse con terapia, pero en algunos casos se necesitan químicos.
La ansiedad puedes afectar a personas con algún trauma, o que tienen otros trastornos mentales, pero también a aquellas personas que han consumido frecuentemente alcohol y/o drogas.
Depresión:
Las personas con depresión están crónicamente tristes, negativas y no pueden dejar de sentirse melancólicas. Podemos identificar síntomas de tristeza, desesperanza, pérdida de ilusión o abandono de actividades lucrativas, ansiedad, irritabilidad y pensamiento problemático.
Hay otros síntomas más graves que incluyen un patrón interrumpido del sueño, pensamientos del suicidio, tentativas del suicidio, y pensamientos que se repiten de la muerte. Si eres una de estas personas, o conoces a alguien con estos síntomas, no dudes en buscar ayuda.
Esquizofrenia:
La esquizofrenia puede aparecer desde la infancia hasta la edad adulta. Los síntomas incluyen delirios, alucinaciones, pensamientos desorganizados y patrones del habla, comportamiento anormal, y descensos en la higiene, destrezas sociales y un aspecto generalmente desarreglado.
Algunas personas con esquizofrenia a menudo tienen antecedentes familiares. Pero otras pueden desarrollarla si padecen una enfermedad autoinmune, usan drogas psicodélicas o presentan complicaciones al nacer.
Las personas esquizofrénicas pueden llegar a autolesionarse, padecer trastornos de ansiedad, depresión, agresión, aislarse socialmente y abusar de drogas. Las personas pueden quedarse sin hogar porque eligen o no pueden trabajar, y tienen problemas legales y financieros. Un esquizofrenia descontrolada puede infligir daño a otros o provocar el suicidio del paciente.
Trastorno obsesivo compulsivo:
Así como el nombre suena, el desorden obsesivo-compulsivo es un pensamiento consistente de que algo malo ocurrirá si no se completa un patrón repetido de comportamiento. Pueden llegar a tener pensamientos catastrofistas.
Trastorno bipolar
El desorden bipolar es una enfermedad muy común entre grandes celebrities, y se caracteriza por altos y bajos emocionales y dominado por los cambios de humor. Las personas con trastorno bipolar pueden ser difíciles de tratar, ya que es impredecible cómo su estado de ánimo será. Pueden ser tratados con terapia, o a veces se recurre a la medicina para estabilizar el estado de ánimo.
Trastorno de estrés post-traumático
Este desorden lo padecen personas que han experimentado traumas durante la niñez, o a través de otro tipo de acontecimiento. Es muy común entre soldados de guerra. Los síntomas incluyen memorias recurrentes del acontecimiento traumático, señal de socorro emocional, pesadillas, retrocesos, evitando hablar o los disparadores.
Las personas con TEPT se sienten alejadas de la sociedad. Siempre están en guardia y reflejan una gran desconfianza hacia otros.
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